En noviembre, los peruanos, durante la reunión de la APEC (el foro multilateral de Cooperación Económica Asia-Pacífico) y con la presencia del presidente chino, Xi Jinping, seremos testigos de la inauguración del puerto de Chancay, un terminal de alta capacidad que cuando opere a su máxima capacidad lo hará con un millón quinientos mil TEU (una unidad de medida equivalente a un contenedor estándar de 20 pies) y se constituirá en la envidia de los países de la Cuenca del Pacifico de Sudamérica y en un hub de enorme significado en la Región.
Si bien es cierto este hecho nos llena de satisfacción. Debemos tener en cuenta que la megaobra por sí sola no se constituirá en el puerto de conexión clave que deseamos, sino es terminada con vías (carreteras) de entrada y salida, red de comunicaciones, medios de transporte de carga multimodales, etc.
Este hub demandará también un servicio de cabotaje, que no existe actualmente y que será necesario implementar a lo largo del litoral peruano y sudamericano, para que el puerto de Chancay trabaje a plenitud y se constituya en un eje de desarrollo complementado con zonas de excepción en los puertos existentes, a lo largo del litoral peruano, para dinamizar el comercio de ida y vuelta con Asia.
Hacía el norte de Chancay, Perú tiene los puertos de Salaverry y Paita operativos y otros por desarrollar como Eten y Chimbote. Hacia el Sur, cuenta con San Andrés, en Pisco; Marcona, Ilo y Matarani; y por desarrollar Corío y Puerto Grau.
Al norte del Callao, la infraestructura portuaria es suficiente para integrarse a Chancay. Pero, al sur del primer puerto del país la infraestructura es deficitaria, ya que Marcona, San Andrés y Matarani están casi al tope de su aforo y el puerto de Ilo, que si bien es cierto trabaja alrededor de 800,000 toneladas anuales, es limitado, debido a que no cuenta con frecuencia de naves por su falta de capacidad y su construcción requiere de un muelle de abrigo (rompeolas) que le permita mejorar sus condiciones oceanográficas para recibir adecuadamente una mayor cantidad de embarcaciones. Los puertos de Corío y Grau sólo existen en el papel.
El sur peruano si cuenta con zonas económicas especiales en Matarani, Ilo y Zofra Tacna, las cuales podrían integrarse perfectamente al desarrollo comercial que propicia el Gobierno con Chancay, pero requiere necesariamente la implementación del puerto de Ilo, con una inversión Público-Privada donde el Estado tiene que valorar lo estratégico que significa este puerto para el desarrollo y defensa del Perú. Adicionalmente, este puerto es la entrada a través de la Interoceánica del Sur hacia Brasil y Bolivia y tiene pendiente el gran proyecto del tren bioceánico que facilitaría las exportaciones brasileñas desde Mato Grosso hacia el Asia, así como también las exportaciones de los minerales del sur peruano y Bolivia hacia el mundo.
Finalmente, debemos recalcar que para el año 2026 necesitamos elegir como presidente a un líder que ponga interés en el sur que podría ser no sólo el motor de desarrollo del país por sus minerales, sino también por su turismo histórico-cultural y su capacidad para integrar a todo el centro de Sudamérica con el Asia.
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