Por: José N. De Piérola C.
Profesor honorario de la Universidad
Nacional Agraria ¨La Molina¨
Asesor y consultor senior en Gestión de Recursos Hídricos
SOBRE LA IMPORTANCIA DEL RÍO TAMBO EN LA COSTA SUR DEL PAÍS
A propósito de la noticia de la reactivación del proyecto Tía Maria, las miradas del país se orientaron hacia el sur oeste y en específico al valle del río Tambo, pues a pocos kilómetros al norte de este (2.5 Km) se implementará el proyecto Tía María. Analizando la disponibilidad de agua –que en el sur es escasa–observamos que este río tiene más agua que los ríos Caplina, Sama, Locumba, Moquegua y Ocoña juntos. Este flujo es permitido por su amplia cuenca, que alcanza los 12,744 Km2 y está ubicada entre Moquegua, Arequipa y Puno.
SOBRE FLUJOS, CALIDAD Y DISPONIBILIDADES DE AGUA EN EL RÍO Y VALLE DE TAMBO
El río Tambo tiene un flujo medio anual de 1,000 millones de metros cúbicos por año es decir, 37 m3/s con descargas mínimas de entre 3.5 m3/segundo ó 3500 litros/segundo y 2,000 litros/segundo en los meses secos de octubre a noviembre. El agua subterránea que fluye al mar desde el acuífero del valle se estima en 43 millones de metros cúbicos/año ó 1,360 l/s, flujo que se forma por el exceso de riego en el valle ante la presencia de cultivos como arroz, con 5260 has, que es predominante en la zona con un consumo del orden de 18,000 a 25,000 metros cúbicos por ha/año. Para el uso agrícola se dispone de aproximadamente 215 mm3 o millones de metros cúbicos/año y se ha determinado un déficit de agua acumulada producto de los meses secos de hasta 15 mm3/año.
La pregunta es: ¿Cómo es posible que disponiéndose de hasta 1,000 millones de metros cúbicos/año promedio y con una demanda de casi un cuarto de este valor se presenten déficits? Y esto pasa porque el flujo es irregular. Con flujos muy altos en enero-marzo, y muy bajos en octubre-diciembre. La solución es regular el río con una presa, de forma tal que se maneje adecuadamente la demanda y el uso en el período seco.
Se han propuesto ya varíos esquemas alternativos de regulación por parte de MINAGRI-PSI y Gobierno Regional Arequipa en la cuenca alta: Paltiture 80 mm3, en la cuenca media: Huayatire 45 mm3 y Yanapujio 60 mm3 y en la cuenca baja: Peña negra 60 mm3 y Huayrondo de 80 mm3. Estas propuestas a la fecha no se han logrado concretar.
Es conveniente señalar que los esquemas de la zona alta tienen el problema de viabilidad por el manejo social-territorial, y los de la cuenca baja tienen el problema de manejo de los sedimentos que acarrea el río y pueden acortar sensiblemente la vida útil del embalse por su magnitud.

SOBRE EL USO DEL AGUA EN EL SECTOR AGRÍCOLA Y EL PROCESO MINERO
La extensión cultivada en el valle llega a los 9,823 has con caña de azúcar, alfalfa, arroz, ajo, papa, maíz y otros. Es de notar que el 42% de los usuarios cultivan menos de 1 ha y 120 usuarios tiene más de 50 has cada uno (Ref. N° 2). La eficiencia del uso de agua agrícola cercana a 40% incorpora al acuífero hasta 120 mm3/año, de estos unos drenan hacia el río en la zona baja y otros se van al mar como flujo del acuífero profundo. Comparando estas cifras de uso agrícola con el uso minero tenemos como resultado una diferencia notable.
El proyectoTía María solo requiere 7.5 mm3/año, es decir, 230 l/s. Esto equivale a la sexta parte del flujo subterráneo que va al mar y a la 30ava parte del flujo de uso agrícola. En términos de cantidad, el uso minero no representa un componente importante. Existe adicionalmente un canal de derivación en la margen derecha del valle que lleva agua hacia Mejía (25 l/s) y Mollendo (100 l/s), además de 15 l/s para Cocachacra, este flujo es para uso poblacional. He visitado un canal colector de drenaje –en el sector derecho del valle bajo– que descarga además al mar como 300 l/s (9.45 millones de metros cúbicos/año) en el sector denominado “motobomba”.
Debido a que se ha previsto un proceso de extracción desde óxidos por lixiviación LESDE por solventes y con Pads dinámicos, el control de los flujos de percolación en la zona de pampa Cachendo (donde se propone el desarrollo de las plantas de procesamiento), estará controlado por geomembranas impermeabilizantes.
Estas membranas irán sobre material de cobertura superficial escasa tipo arenoso-franco, sin materia orgánica y presencia de sales:10-50 mS/m o miliSiemens/metro. También es necesario precisar que las formaciones geológicas que subyacen a este material son rocas del intrusivo paleozoico y basamento metamórfico, con un muy bajo nivel de permeabilidad o conductividad vertical (5 x10-7 a 1.0 x 10-9 cm/día). Éstas permitirían controlar cualquier fuga de aguas contactadas.
En el área de los tajos se detectaron pequeñas quebradas como Curi Curi, Rosa María y Chihuando, todas ellas con muy escasa presencia de afloramientos de aguas antiguas por el fracturamiento.
Es conocido que la calidad del agua del río en época seca –setiembre a diciembre– se deteriora notablemente por la presencia de afluentes con alto contenido de Boro-Bo, Arsénico-As y Manganeso-Mn.
Estos elementos elevan sus niveles hasta 0.20 miligramos/l, 7,900 mg/l y 0.23 mg/l respectivamente, afectando la productividad de los cultivos y su uso para consumo poblacional. La regulación permitiría cubrir el déficit actual de 15 mm3/año además de mejorar la calidad del agua del período seco al incrementarse el flujo disponible. Se podría disponer de agua para una ampliación de áreas de riego en la margen izquierda del valle en el orden de 2500 has, además se incentivaría el uso del agua subterránea (a la fecha existen hasta 12 pozos de extracción) para contribuir al drenaje del sector bajo y derecho del valle donde se desarrolló la Irrigación Pampas de Ibería (1975) mejorando así la producción actual de ese sector.
Es importante mencionar que no tiene ningún sentido incrementar la disponibilidad de agua si no se tiene un uso eficiente de la misma –sobre 40%– transformando el sistema de captación, conducción y distribución del agua de riego incorporando sistemas de riego, medición y compuertas de control, a fin de lograr una adecuada asignación del recurso y reducción de las pérdidas.

SOBRE LA OPORTUNIDAD DE DESARROLLAR UNA AGRICULTURA MODERNA Y RENTABLE JUNTO A LA OPERACIÓN MINERA.
Una agricultura con agua suficiente y regulada es la base para una transformación progresiva pero efectiva de la cédula de cultivos que incluya además del arroz –en superficie y manejo optimizados–, ají paprika, ajo, alcachofa, cebolla, así como el incremento de la eficiencia de riego, la mejora del sistema de drenaje e identificación con implementación de una cadena productiva orientada a la exportación y al mercado regional y nacional. Esta transformación teniendo como soporte temporal los incentivos económicos que traería la actividad minera –se estiman unos 100 millones de soles anuales por canon y regalías en la provincia de Islay hasta por 20 años desde el 2027, y de hasta 4,000 empleos indirectos permanentes– permitirán el desarrollo de infraestructura de servicios, vial y la actividad económica. Esto significa plantear un nuevo esquema de desarrollo agrícola que incorpore innovación tecnológica, financiamiento adecuado de las campañas agrícolas, reducción de la atomización de la producción, programa de operación y mantenimiento de infraestructura y mejora sustancial en la gestión empresarial de los agricultores.
Este cambio evidentemente, no es ni será sencillo pues implica una nueva forma de hacer agricultura en el valle; pero con el soporte económico de la actividad minera a partir de un enfoque comunicacional adecuado y el convencimiento de los agricultores –con logros concretos– será posible puesto que con el criterio de enfoque de desarrollo territorial la empresa seguro se comprometerá junto al estado en el proceso de capacitación o extensión para el cambio e inversiones con la visión de gestión integrada de los recursos hídricos, teniendo como eje los principios de TSM (Towards Sustainable Mining) y del ICMM en cuanto gestión social y gobernanza para una minería que genere sostenibilidad.
REFLEXIONES FINALES
Mientras que en el norte del país la agricultura de exportación avanza con el proyecto Chavimochic III, Chinecas y el soporte del puerto de Chancay más otras obras de envergadura, el sur requiere de propuestas como el cambio y la modernización de la agricultura del valle de Tambo, el proyecto Majes II para mantener equilibrio en el desarrollo agrícola y el bienestar de la población.
Necesitamos también plantear una re-ingenieria y rediseño en los procesos de implementación de estos proyectos, para que no tarden 10 o 20 años como ocurre ahora.
Nuestra capacidad de gestión como país es muy pobre, ya no carecemos de recursos económicos, carecemos de gestión y esta debe transformarse a fondo, de lo contrario no tendremos futuro.
Asumir los costos de operación y mantenimiento por parte de los usuarios tanto de las obras de regulación como de distribución es fundamental para dar viabilidad al desarrollo agrícola. Tía María es un reto hoy para consolidar la alianza agricultura-minería o de cómo la minería nos abre la posibilitad de abordar el camino de una agricultura rentable, sostenible y productiva.
Referencias:
- Fundamentos para la elaboración de un Plan integral de desarrollo agrícola en el ámbito del valle de Tambo Yslay-Arequipa. Valdivia P. Huber, Julio 2024.
- Afianzamiento hídrico de la cuenca del río Tambo para el mejoramiento y ampliación de la frontera agrícola, región Arequipa, PSI, INCLAM, 2018.
- Estudio hidrológico de la unidad hidrográfica del río tambo. Dirección de calidad y evaluación de los recursos hídricos ANA, diciembre 2019.
Fuente: Minas y Petroleo
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